La tecnología móvil es una de las que más ha evolucionado en las últimas dos décadas, e innegablemente una de las invenciones más importante de esta revolución tecnológica han sido las tarjetas SIM (acrónimo en inglés de Módulo de Identidad del Suscriptor). Como todos sabrán, estas tarjetas son usadas para almacenar de forma segura un número de identidad de suscriptor móvil internacional (IMSI) y claves relacionadas para la autenticación en móviles, laptops y otros dispositivos con conectividad de red.
En esta ocasión, haremos un breve repaso por la historia de la tecnología SIM, partiendo desde su invención en los 90 hasta llegar a las nuevas eSIM; las cuales, por cierto, son un servicio que MasMovil ya ofrece a través de MasLife
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Evolución de las tarjetas SIM
Entrando en materia, las tarjetas SIM se han encogido en tamaño, pero han aumentado su versatilidad y funciones, manteniéndose al día con las innovaciones tecnológicas propiciadas por la industria de telecomunicaciones.
Tarjetas SIM estándar: 1991
La primera tarjeta SIM fue desarrollada en 1991 por el fabricante de tarjetas inteligentes de Múnich Giesecke+Devrient. Esta primera iteración de la tecnología no fue muy popular y pronto surgió la necesidad de reducir su factor de forma (comparable al de una tarjeta de crédito) para acompañar a los nuevos teléfonos móviles de la época.
Mini SIM: 1996
El segundo factor de forma (2FF) de las tarjetas SIM sería conocido como Mini-SIM y se convirtió en el estándar en la segunda mitad de la década de los 90s. Esta versión exhibe unas medidas de 25x15x0.76mm.
Micro SIM: 2003
Las tarjetas Micro SIM miden 15x12x0.76mm y fueron introducidas en 2003, coincidiendo con el despliegue de las primeras redes 3G comerciales, lo que a su vez condujo a varios avances en la tecnología SIM, específicamente el desarrollo de la Tarjeta de Circuito Integrado Universal.
Este nuevo formato admitía múltiples nuevas aplicaciones, entre ellas la tradicional SIM para redes GSM, la USIM (módulo de identidad del abonado universal) para redes UMTS y CSIM (módulo de identidad del abonado CDMA) para redes CDMA. En pocas palabras, esta versatilidad permitió a una misma tarjeta SIM operar con diferentes tecnologías de red y telefonía.
Nano SIM: 2012
Naturalmente, las tarjetas Nano-SIM fueron una evolución sobre las Micro-SIM y constituyen el cuarto factor de forma de la tecnología, con unas medidas de tan solo 12×9 milímetros. Su misión era contribuir con la optimización del espacio para los componentes de hardware de un teléfono y a día de hoy son la variante más común de ver.
Tarjetas eSIM: 2016
Las e-SIM son la siguiente frontera de la tecnología SIM y, a diferencia de las tarjetas SIM explicadas anteriormente, son un chip integrado directamente en el dispositivo y no una tarjeta física como tal. Esto supone una gran ventaja a la hora de gestionar conexiones móviles, dado que pueden ser programadas de manera remota, eliminando la necesidad de cambios físicos de SIM al cambiar de operador o plan.
La tecnología eSIM le viene de perlas a dispositivos dónde el espacio es limitado, como por ejemplo relojes inteligentes, pero no es el único beneficio, ya que presentan varios avances en términos de seguridad que las hacen más difíciles de clonar. Para colocar la cereza sobre el pastel, están siendo adoptadas en el Internet de las Cosas (IoT), impulsando la conectividad de más dispositivos inteligentes.
En el futuro también se prevé el uso de la tecnología iSIM, que tiene casi los mismos principios que eSIM, aunque con la diferencia de que la tarjeta e-SIM estaría integrada en el mismismo procesador del dispositivo, lo que optimizaría todavía más el consumo de energía y uso del espacio.